La localidad alavesa de Salinas de Añana es una de los lugares candidatos a conseguir el galardón de “El mejor rincón” que organiza Repsol y que el año pasado se llevó otro enclave vasco, las cuevas de Pozalagua, en la provincia de Bizkaia. El Valle Salado de Añana cuenta con una de las salinas más espectaculares y mejor conservadas de todo el mundo. El conjunto que conforma el pueblo, las salinas y el entorno circundante bien merecen una escapada para conocer esta joya que cada vez es más conocida a nivel mundial. El Valle Salado de Añana ha presentado hace un par de años su candidatura como Paisaje Cultural y Patrimonio Mundial de la UNESCO y, gracias a la Fundación Valle Salado, se está haciendo un gran trabajo para restaurar las salinas y promocionar el valle como destino turístico.
El principal activo de Salinas de Añana ha sido desde tiempos inmemoriales la sal, un producto que ha sido siempre muy valorado y que ha traído la riqueza a esta zona durante milenios. La sal se obtiene de desecar en un sistema de terrazas el agua salobre que brota de un manantial que recoge aportaciones de un depósito salino resto de un mar que cubría la zona hace millones de años. Este sistema de terrazas es lo que sorprende al viajero cuando llega al valle, ya que conforma un paisaje único en el mundo. Estas terrazas se habían deteriorado en las últimas décadas del siglo pasado a raíz de menor coste de la sal por la competencia de nuevos sistemas de obtención, como las salinas marinas de explotación industrial. Pero ahora se está realizando un gran esfuerzo para recuperar estas estructuras y para potenciar la producción de sal de Añana, que los expertos definen como una sal excelente, que potencia los sabores en lugar de enmascararlos. Por eso este proyecto de recuperación de las salinas está respaldado por prestigiosos chefs vascos, que usan esta sal en sus creaciones culinarias. La visita a las salinas es ineludible para las personas que visitan el valle y les garantizamos que no quedarán defraudados con este recorrido por la historia de esta actividad tan especializada, única en el mundo entero.
Pero esta zona de Álava nos ofrece mucho más que las salinas y la cultura tradicional asociada a la actividad salinera. El entorno natural de este valle es espectacular y está muy bien conservado, ideal para rutas de senderismo o bicicleta de montaña. Muy cerca de Salinas de Añana se encuentra el Parque Natural de Valderejo, ya en Valdegovía, un enclave con crestas rocosas que separan Álava de Burgos en la que anida una numerosa colonia de buitre leonado. También es una zona con un rico patrimonio histórico, en el que se pueden ver edificios históricos como el convento de los templarios de las Comendadoras de San Juan de Acre, Palacio de los Herrán, la iglesia de Santa María de Villacones o la Casa Palaciega de los Ozpinas.
Desde Taxiberia animamos a nuestros lectores a realizar una visita a este encantador Valle Salado alavés. Es una zona ideal para desconectar, aunque sea durante un fin de semana, del agobio del trabajo y los problemas cotidianos. Un remanso de paz en el que disfrutaremos de una gastronomía excelente, de hermosos y sorprendentes paisajes y de una herencia cultural digna de conservar y difundir. Ah, y como no, Taxiberia desea que el Valle Salado repita el éxito de las cuevas de Pozalagua y se convierta en “El mejor rincón del 2014”.