En los últimos años, los fabricantes de vehículos han lanzado al mercado vehículos cada vez más eficientes en cuanto al consumo de combustible, pero de todas formas, es evidente que llenar el depósito no resulta barato y, en el caso de los conductores profesionales, supone una inversión que puede hacer variar su margen de ganancias a fin de mes. Por eso desde Taxiberia os queremos dar unos consejos para reducir en la medida de lo posible el consumo de tu vehículo, por supuesto siempre poniendo por delante la seguridad.
- Nuestro primer consejo como siempre es aplicar el sentido común a nuestra forma de conducir: evita la conducción brusca, intenta mantener una velocidad constante, sin acelerones o frenazos repentinos. En viajes por carretera es la mejor opción para que nuestro consumo de combustible no se dispare.
- En ciudad no podremos evitar tener que frenar, parar nuestro vehículo y acelerar. Las ciudades están llenas de semáforos, rotondas, stops, etc. Lo que hay que hacer para que nuestra conducción resulte eficiente es intentar anticiparnos en la medida de lo posible a esos cambios de velocidad. Si ves que un semáforo está en rojo, vete reduciendo la marcha ya desde lejos, no apures hasta el último momento para frenar y después tener que acelerar a fondo.
- Ten tu coche siempre a punto. Un mantenimiento adecuado (presión y dibujo de los neumáticos, niveles de aceite y filtros) también nos ayuda a ahorrar combustible, además de gastos en averías y nos da una mayor seguridad al volante.
- Modera la velocidad. Es otro consejo de sentido común: cuanto más pises el acelerador, más combustible consumirá tu coche. Es mejor salir un poco antes de casa y conducir a una velocidad moderada que conducir con prisas por apurar el tiempo. Además, es la mejor forma de conducir seguro.
- No lleves cosas innecesarias en tu vehículo, pues el peso también influye en el consumo de combustible. Llevar una baca o un portabicis rompe la aerodinámica del vehículo y aumenta el consumo. Lo mismo sucede si llevamos el maletero lleno de cosas que en realidad podríamos dejar en casa. A la larga, la reducción del consumo seguro que se nota en nuestro bolsillo.
- Al arrancar no debes pisar el acelerador. En los vehículos actuales esta costumbre que aún tienen muchos conductores es innecesaria. Basta con mantener pisado el embrague para facilitar el arranque. Si el coche es diésel, espera unos segundos antes de arrancar para que funcionen los calentadores, pero si es gasolina puedes arrancar el coche directamente.
- Usa una relación adecuada de marchas. Evita circular con la primera velocidad, que simplemente se usa para arrancar y dar un primer impulso al vehículo. Cambia de marcha entre las 2.000 y 2.500 revoluciones si tu coche es gasolina y 1.500 y 2.000 revoluciones si es diésel.
- Si vas a tener que estar parado un rato, no dejes el coche a ralentí: apaga directamente el motor. Con el motor parado el consumo es cero y si vamos a estar más de un minuto parado, no es necesario tenerlo en marcha.
- Una de las formas más absurdas de gastar combustible es intentando aparcar justo en la puerta de nuestro destino, lo que a veces nos hace dar vueltas y más vueltas por la zona, cuando si hubiésemos aparcado algo más lejos nos habríamos ahorrado tiempo y dinero.
- Y un último consejo: si no necesitas usar el coche, déjalo aparcado. Es la mejor forma de ahorrar y tanto tu bolsillo como nuestro medio ambiente te lo agradecerán.