Como ya hemos comentado en otras ocasiones, hay muchas rutas jacobeas para llegar a Santiago de Compostela. Si bien el más concurrido es el Camino Francés, también se puede realizar la peregrinación por el Camino de la costa, por el portugués, o por el Inglés. Pero si hay un camino que atesora historia y encanto por igual este es el de la Plata, una ruta que une la ciudad andaluza de Sevilla con Santiago de Compostela.
La conocida como “Vía de la Plata” tiene una larga historia, que va mucho más allá de la llegada del cristianismo a lo que hoy llamamos España. Originalmente, esta ruta era una vía romana que unía las ciudades de Mérida (Emerita Augusta) y Astorga (Asturica Augusta) y que tenía un marcado carácter comercial ya que comunicaba el norte y el sur del occidente de la Península Ibérica. Esta vía paso a convertirse en ruta jacobea a medida que los reinos cristianos del norte fueron ganando terreno a los reinos musulmanes del sur durante la Reconquista.
Hoy en día se realizar este recorrido cómodamente en coche y disfrutar de las tierras que atraviesa esta legendaria ruta. Para muchos, esta es la “ruta 66” española, una buena forma de recorrer el país de punta a punta, conociendo las tierras y personas que van encontrando en el recorrido. Son casi 900 kilómetros de recorrido por una sucesión de paisajes diferentes, desde el clima cálido de Andalucía al más frío y húmedo de Galicia.
Aunque podemos comenzar la ruta propiamente dicha desde Sevilla, también es posible iniciar el camino desde Huelva o Málaga, prolongando el recorrido en unos cuantos kilómetros más, pero nos permitirá conocer algo más el interior de la comunidad andaluza. Desde Sevilla nos dirigimos directamente hacia el norte por la A-66, cruzamos la sierra norte a través del Corredor de la Plata y nos adentramos en Extremadura.
Tras dejar atrás la ciudad de Zafra, llegamos a Mérida, antiguo punto de origen de la vía romana original y declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. En esta ciudad extremeña podemos visitar monumentos tan señalados como el Teatro, el Anfiteatro y el Museo Nacional de Arte Romano, en los cuales comprobaremos la gran riqueza y la importancia de la ciudad en aquella época histórica. También merece una visita su casco histórico, donde, además de los vestigios de la época romana, podremos contemplar monumentos de las sucesivas gentes que han habitado la ciudad hasta la actualidad.
Continuamos nuestro periplo hacia el norte por la A-66 y llegamos a Cáceres, cuya Ciudad Vieja es también Patrimonio de la Humanidad, ya que atesora uno de los núcleos urbanos medievales más importantes del mundo. Es una parada ineludible en nuestro recorrido y tenemos que disfrutar de un espectacular paseo entre casonas e iglesias que nos transportan a otras épocas ya muy lejanas.
Dejamos atrás Cáceres y llegamos a Plasencia, al norte de Extremadura, una ciudad que nos abre las puertas de lugares mágicos como el Parque Nacional de Monfragüe, la comarca de la Vera o el valle del Jerte. Una vez que superamos la Sierra de Béjar llegamos a esta ciudad salmantina, puerta de Castilla y León en nuestro viaje hacia el norte. Béjar también merece una parada, tanto para disfrutar de sus monumentos como de su gastronomía. También merece una visita, aunque nos desviemos un poco de nuestra ruta el pequeño pueblo serrano de Candelario, que para muchos es el pueblo más bonito de España. Volviendo a la A-66, pasamos por Guijuelo, donde podremos probar un jamón exquisito, que cuenta con su propia Denominación de Origen.
El camino nos lleva hasta Salamanca, ciudad universitaria por excelencia a orillas del río Tormes. En esta ciudad también tenemos mucho que ver: la Universidad, la Plaza Mayor, las catedrales, iglesias y conventos, etc. Es una ciudad en la que reponer fuerzas con una gastronomía tradicional fantástica y en la que nos podemos perder por sus calles y disfrutar con el contacto con sus gentes.
De Salamanca nos vamos hacia Zamora, otra capital del viejo reino leonés. Está ciudad enclavada sobre el río Duero, es famosa por su casco histórico, declarado Conjunto Histórico-Artístico por la majestuosidad de sus murallas y por sus importantes monumentos románicos. Dejamos Zamora y seguimos hacia el norte y, a unos cuantos kilómetros de esta ciudad, abandonamos la A-66 que nos ha traído desde Andalucía y que continúa hacia el Mar Cantábrico en Asturias, una ruta también recomendable que sin duda realizaremos algún día.
Tomamos ahora la N-631 que nos llevará hasta las inmediaciones de Rionegro del Puente donde nos vamos a incorporar a la A-52, que nos llevará hacia el oeste, hacia nuestra meta en Galicia. Tras pasar por Puebla de Sanabria, cruzamos la Sierra de la Culebra y entramos en la provincia de Orense. Desde la autovía divisamos Verín, con el castillo de Monterrey dominando el valle. Estamos a pocos kilómetros de la frontera con Portugal, pero viramos hacia el norte para, una vez superado Xinzo de Limia, lleguemos a Ourense. Aquí podremos disfrutar de una gastronomía excepcional célebre en el mundo entero y de una visita a sus termas de agua caliente, las famosas Burgas.
La etapa final hasta Santiago de Compostela trascurre entre el verde paisaje gallego. Nuestra ruta está llegando a su final y hemos recorrido España de sur a norte, apreciando la diversidad de paisajes y costumbres que caracterizan estas tierras ibéricas. Una vez que llegamos a Santiago es obligada la visita a su Catedral, pero tampoco podemos olvidar perdernos entre sus callejuelas y disfrutar de una comida reparadora con los platos tradicionales de la zona.
Evidentemente, el recorrido se puede realizar de igual manera en sentido inverso y nosotros elegimos los tiempos y las paradas. ¿Qué os parecido el recorrido? Es una escapada sugerente, ¿verdad? Y que mejor forma de hacer el recorrido con Taxiberia, con un coche de alta gama que nos garantiza la comodidad que buscamos en un largo viaje y con un chófer profesional experto en rutas de este tipo. Esperamos que la podáis disfrutar y esperamos que nos contéis vuestra experiencia.